Fascinante, y triste a la vez, la visión de esa torre, faro solitario en medio del lago artificial, vestigio de lo que sin duda debió ser una bonita aldea, arrasada, como tantas otras. No hubo lugar para la piedad, nunca más resonaron las oraciones bajo las bóvedas antiguas.
Parece la torre del homenaje de un castillo de cuento. Es una foto preciosa.
ResponderEliminarUn beso, Anjana.
Fascinante, y triste a la vez, la visión de esa torre, faro solitario en medio del lago artificial, vestigio de lo que sin duda debió ser una bonita aldea, arrasada, como tantas otras. No hubo lugar para la piedad, nunca más resonaron las oraciones bajo las bóvedas antiguas.
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